Y es que, en la actualidad, mucha gente considera violencia de género solo aquellos casos en los que la mujer es portadora de un gran moratón en su ojo, recibe una bofetada o es empujada. La violencia de género es mucho más que eso, es una violencia que también engloba la idea de que tu pareja es tu posesión: "eres solo mía", o de que los celos son amor: "no soy celoso, pero no me fío de tus amigos". Y tales afirmaciones solo son una minúscula porción de la gran cantidad de frases que disfrazadas de tópicos de amor romántico, contribuyen a relaciones insanas y tóxicas, principalmente en adolescentes, tan influenciables por los medios de comunicación y entretenimiento.
Existen varios tipos de violencia de género:
- Sexual: cuando se obliga o presiona a la víctima a realizar cualquier práctica sexual
- Económica: cuando el agresor hace uso del dinero de la víctima sin su consentimiento o le retira sus ingresos
- Psicológica: cuando se insulta, humilla, desprecia, chantajea, etc.. a la víctima.
- Física: cuando se crea daño o deterioro físico sobre la víctima: puñaladas, bofetones, puñetazos, etc...
Y es que, la violencia de género es cíclica, pasa por unas etapas que se repiten una y otra vez. Son las siguientes:
- Acumulación de Tensión: cuando el agresor comienza a llenarse de ira y a envalentonarse hacia la víctima. Nos encontramos con un sujeto agresivo.
- Estallido de la Tensión: cuando la agresión se produce.
- Luna de Miel: el agresor muestra arrepentimiento hacia su víctima e intenta seguir con la relación, prometiendo que no volverá a suceder. Por desgracia, esta fase es momentánea, y el ciclo comienza de nuevo, con una nueva acumulación de tensión y su consecuente estallido y agresión.
Algunas de las consecuencias psicológicas que sufren las mujeres maltratadas son: minimización del dolor sufrido, baja autoestima, culpabilizarse a una misma de dichas agresiones, negación de la realidad, depresión y problemas de concentración entre otros.